miércoles, 1 de octubre de 2014

más noble de las profesiones o el más vil de los oficios,



¡FELIZ DIA DEL PERIODISTA!
Por: Oscar Vásquez Acarley
Escribir sobre el Día del Periodista en primera persona, es tarea difícil, pero debemos hacer llegar nuestro saludo fraterno a nuestros colegas que el 1ro de octubre, celebran ¡EL Día del Periodista!.
Este noble oficio, que nace de las entrañas del ser humano, que tenemos el deseo de orientar e informar a su comunidad, con el objetivo que el mundo encuentre su mejor desarrollo. Con la satisfacción del deber cumplido, que es la vocación de servicio, por sobre todas las cosas que nos llevo abrazar esta sacrosanta profesión.
Quienes nos iniciamos en esta labor, tan fácil de hacer para unos y tan lleno de dificultades para otros,  encuentran la disyuntiva de poner en riesgo su vocación ante la tentación de “don dinero poderoso caballero”, que intenta comprar todas las conciencias, pero que jamás podrá con quienes hicimos del periodismo un apostolado.
Una profesión tan insigne que debe tener como principal tarea el respeto a la verdad y a los principios morales.
Decir o narrar la información de acuerdo a los hechos encontrados y no la opinión muchas veces sesgada del periodista es difícil, pero es nuestra obligación obrar con exactitud e imparcialidad. Ser respetoso con nuestros lectores, oyentes, cibernautas y televidentes.
El periodista debe saber que la calumnia siempre es una acusación falsa con malicia para favorecer intereses oscuros, y difamar daña las honras de las personas, aunque estas sean ciertas. En consecuencia debemos estar muy seguros de lo que decimos y contrastar todas las fuentes posibles, para no caer en error.
El Periodista tiene que ser respetuoso con todas las personas cualesquiera que sea su edad, su condición o su papel en la sociedad.
El Periodismo puede ser el  más noble de las profesiones o el más vil de los oficios, pero al parecer en los últimos 15 años se ha impuesto esto último, con el chantaje y extorsión indirecta a quienes manejan recursos económicos públicos, y para no ser ampayados pagan los cupos publicitarios
El periodista debe ser  el garante de la libertad de expresión, garante del derecho que tienen todos los ciudadanos de ser informados de manera más objetiva.
Cuando como periodistas apelamos al morbo para dar a conocer con lujos de detalles, muertes, violaciones, estamos incentivando esta tipo de acciones. No puede ser posible que se intente entrevistar a familiares de victimas que yacen muertos en el pavimento, sin importar su dolor. Estamos deshumanizando la noble profesión del periodismo. Claro eso vende, pero denigra el fin supremo de la sociedad, que es la persona.