sábado, 10 de mayo de 2014

FELIZ DIA DE LA MADRE



MADRES SOLTERAS, FELIZ DIA
Si tú eres madre soltera no te avergüences de serlo y lucha para poder hacer la carga más liviana y lograr que un día tus hijos vean a una gran mujer, la cual lucho para proveerles lo que necesitaban, en vez de cargar la cruz de haberle quitado la vida a una persona más que podría ayudarte en un momento de necesidades, siéntete orgullosa y demuéstrale a las personas que te critican que puedes lograr lo que te propongas.
La madre soltera debe llevar a cabo la crianza de los hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de una pareja; por decisión propia o circunstancias de su entorno.
El rostro de una madre sola, sin ayuda de la pareja y con un hijo, es un rostro de calidad porque antes que nada no ha optado por la puerta falsa del aborto o el abandono, sino que ha decidido ser una mujer que enfrentará la vida por dos, el niño que viene en su vientre le otorga las fuerzas y el coraje para salir adelante en medio de una sociedad que estigmatiza y estereotipa, que señala y que acusa fríamente.
Las madres solteras tienen que pagar un precio muy alto, no sólo a nivel económico, sino que también están expuestas a la discriminación, prejuicios y mitos en su vida cotidiana.
Entre otros, persiste el mito de que los niños de madres solteras se convierten en chicos y chicas malas, de que las madres solteras no saben poner los límites, que las madres solteras asfixian a los niños con su amor.
Los estudios demuestran todo lo contrario: que las madres solteras son muy capaces. Los niños de madres solteras no salen peor ni cometen más delitos que otros niños. Se sienten mejor como adultos que aquellos niños que han crecido en una familia nuclear donde ha habido graves conflictos entre los padres.
Según otro tópico muy duro, las madres solteras prefieren recibir subsidios en vez de trabajar. Sin embargo, los estudios demuestran que preferirían trabajar a tiempo completo para ganarse la vida. A menudo aceptan una variedad de trabajos diferentes para llegar a fin de mes. Incluso aceptan trabajos temporales y ofrecen servicios a sus parientes para aumentar sus ingresos.
Las madres solteras en cualquiera de los casos que se den han elegido o aceptado ser la única o la principal responsable de la enorme y comprometida tarea de brindar al hijo la atención y el sostén afectivo y material que todo niño necesita. En la mayoría de los casos, ello implica afrontar la “doble carga” doméstica y laboral en condiciones desventajosas, si se las compara con las madres trabajadoras que comparten esas responsabilidades con un marido o compañero con el que conviven.
Los hogares monoparentales a cargo de una mujer “jefa de familia” se encuentran en constante aumento en las últimas décadas en prácticamente todos los países del mundo. Sin embargo, constituyen una categoría social sumamente heterogénea, que incluye a mujeres viudas, separadas o divorciadas de uniones legales o consensúales y a madres que nunca se han casado o convivido con los padres de sus hijos.
La historia nos indica que a partir de la mitad del siglo XX, las mujeres progresivamente empezaron a salir del hogar para trabajar, estudiar y realizarse como personas, fenómeno conocido como la Liberación femenina, y que poco a poco ha ido llegando a diversas sociedades, incluso, aunque con matices más suaves, al islam.
La mujer se dio cuenta de que en ocasiones, el hombre no era necesario para sacar adelante un hogar, y ella misma podía procurarse los medios para subsistir con sus hijos. En ciertas ocasiones se ha atribuido a este fenómeno el hecho de que haya aumentado la tasa de divorcio durante la segunda mitad del siglo pasado.
En los tiempos que corren, bajo las leyes que atentan contra la vida humana, las nuevas y viejas corrientes de pensamiento y aquellos ideales falsificados por el individualismo y el egoísmo, ser madre es todo un reto que enfrenta cada una de las mujeres que deciden ser padre a la vez.
En muchas sociedades actuales existe un cuerpo legal que elimina la discriminación hacia las madres solteras y sus hijos, e incluso algunos gobiernos nacionales (incluso de países del Tercer mundo) cuentan con programas de ayuda institucionalizada para hogares donde las mujeres son madres solteras, que incluyen ayuda estatal, becas de estudio para los hijos, créditos bancarios para que las mujeres inicien pequeñas y medianas empresas, y otros.
De la misma forma, cada día es más común que una mujer decida establecer una familia sin la presencia de un hombre, y cada día la opinión de la sociedad en torno al tema se vuelve más abierta y receptiva.
Algunos de los factores que propician el nacimiento de bebés de madres solteras son: la falta de amor a sí misma por parte de la mujer, la necesidad de compañía, el libertinaje de la sociedad contemporánea, la libertad excesiva que los padres proporcionan a sus hijos, una tradición machista en la que el hombre no adquiere ninguna responsabilidad de sus actos y la vergüenza de haberlos cometido.
Una psicóloga guatemalteca opina que la incidencia en los casos de embarazos en jóvenes, puede tener varias razones, pero generalmente, en las menores de 15 años sobresalen las condiciones difíciles de vivienda, abandono y los padres se preocupan generalmente por el sustento y no por la educación. La misma persona añade que el embarazo prematuro se da por falta de información, inadecuada educación sexual, en algunos casos por abuso sexual y por relaciones sexuales precoces. Las mismas adolescentes agregan a estos factores el descuido, la inseguridad e inmadurez.

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