¡FELIZ DIA DEL PERIODISTA!
Por:
Oscar Vásquez Acarley
Escribir sobre
el Día del Periodista en primera persona, es tarea difícil, pero debemos hacer
llegar nuestro saludo fraterno a nuestros colegas que el 1ro de octubre,
celebran ¡EL Día del Periodista!.
Este noble
oficio, que nace de las entrañas del ser humano, que tenemos el deseo de
orientar e informar a su comunidad, con el objetivo que el mundo encuentre su
mejor desarrollo. Con la satisfacción del deber cumplido, que es la vocación de
servicio, por sobre todas las cosas que nos llevo abrazar esta sacrosanta
profesión.
Quienes nos
iniciamos en esta labor, tan fácil de hacer para unos y tan lleno de
dificultades para otros, encuentran la
disyuntiva de poner en riesgo su vocación ante la tentación de “don dinero
poderoso caballero”, que intenta comprar todas las conciencias, pero que jamás
podrá con quienes hicimos del periodismo un apostolado.
Una profesión
tan insigne que debe tener como principal tarea el respeto a la verdad y a los
principios morales.
Decir o narrar
la información de acuerdo a los hechos encontrados y no la opinión muchas veces
sesgada del periodista es difícil, pero es nuestra obligación obrar con
exactitud e imparcialidad. Ser respetoso con nuestros lectores, oyentes,
cibernautas y televidentes.
El periodista
debe saber que la calumnia siempre es una acusación falsa con malicia para
favorecer intereses oscuros, y difamar daña las honras de las personas, aunque
estas sean ciertas. En consecuencia debemos estar muy seguros de lo que decimos
y contrastar todas las fuentes posibles, para no caer en error.
El Periodista
tiene que ser respetuoso con todas las personas cualesquiera que sea su
edad, su condición o su papel en la sociedad.
El Periodismo
puede ser el más noble de las profesiones o el más vil de
los oficios, pero al parecer en los últimos
15 años se ha impuesto esto último, con el chantaje y extorsión indirecta a
quienes manejan recursos económicos públicos, y para no ser ampayados pagan los
cupos publicitarios
El periodista debe ser el garante de
la libertad de expresión, garante del derecho que tienen todos los ciudadanos
de ser informados de manera más objetiva.
Cuando como periodistas apelamos al morbo para dar a conocer con lujos de
detalles, muertes, violaciones, estamos incentivando esta tipo de acciones. No
puede ser posible que se intente entrevistar a familiares de victimas que yacen
muertos en el pavimento, sin importar su dolor. Estamos deshumanizando la noble
profesión del periodismo. Claro eso vende, pero denigra el fin supremo de la sociedad, que es la persona.